Enciendo la luz del baño, trato de ver la cara que tengo -que por cierto aun tienen marcas de almohada- noto una cana nueva, me digo a mi mismo, “esta no la tenía ayer”. En fin, trato de despejarme para prepararme a la espantosa y nunca agradable ducha fría, lo único que me pone de pie y me despabila totalmente. Al salir, me percato que no he entrado la toalla y reniego de mi olvido, trato de quitarme el exceso de agua, me pongo las pantuflas, que otra vez se tendrán que mojar debido a mis constantes olvidos y me enfilo hacia la puerta del patio, a traer la bendita toalla, regreso al baño para la rutina de acicalamiento diario; rasurarse, peinarse, lavarse los dientes, la colonia que nunca falta y el desodorante; enfilo al cuarto de huéspedes, el cual he convertido en cuartel general en donde tengo mis libros y donde se maquinan todas las acciones matinales, entre libros y la ropa a utilizar para ir al trabajo, lo cual tengo que disponer en ese lugar la noche anterior para no hacer ruido, no quiero despertar a la fiera.
Veo el reloj, las cinco menos cuarto, me doy cuenta de que me quedan diez minutos para cambiarme y tratar de salir a hacer la cola para tomar el bus y hacer el recorrido hasta mi lugar de trabajo, me cambio como puedo, tomo la corbata y la guardo dentro de mi maletín; amigo inseparable que me acompaña en todas mis jornadas ya sea de trabajo o de ocio, y que cumple el propósito de una bolsa para esconder mis efectos personales, valores y el o los libros que toca turno para despistar a los carteristas y otros parásitos sociales que rondan las calles y los buses; en fin, me despido de mi esposa con un beso y ella alcanza a balbucear un “te quiero y feliz día” y me marcho.
A veces pienso que esta rutina tarde o temprano me pasará la factura. Levantarme tan temprano, salir todavía oscuro y regresar igual de noche, horas de estrés y locura. Tantas horas fuera de casa y lejos de mi hogar, mi esposa, mis perros y mis pasatiempos. El consuelo de los tontos, esperar la inalcanzable jubilación, para después deprimirme por ello, por sentirme improductivo....
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